Relación entre las anomalías electrocardiográficas y mortalidad hospitalaria en pacientes con COVID-19.

Se ha encontrado que el nivel alto de troponina en los pacientes hospitalizados por COVID-19 es una variable independiente que, sin embargo, está asociada con la mortalidad hospitalaria, ya que eleva el riesgo de que se presenten diversas complicaciones. El estudio “Electrocardiographic abnormalities in COVID-19 patients visiting the emergency department: a multicenter retrospective study” de Hugo De Carvalho et al. intenta buscar una respuesta a esto. Aquí tiene un resumen de los hallazgos más relevantes.

Una de las complicaciones del coronavirus (SARS-CoV-2) es que el síndrome respiratorio agudo grave que provoca puede estar asociado con una lesión miocárdica. A pesar de eso aún no queda claro cómo identificar a los pacientes que están en riesgo de sufrir dicha lesión, ni cuáles son los mecanismos subyacentes de la afectación cardíaca.

Los autores de este estudio (que se llevó a cabo entre pacientes que acudieron al servicio de urgencias de tres hospitales en Francia) consideran que las anomalías en los ECGs podrían convertirse en una herramienta útil para identificar a los pacientes que están en riesgo de tener un mal pronóstico. Por esta razón, sus esfuerzos se centraron en evaluar si los patrones específicos de ECG podrían estar relacionados con la mortalidad hospitalaria.

Características de los participantes

Este estudio multicéntrico se llevó a cabo en tres hospitales en Francia: el Hospital Universitario de Nantes, el Hospital La Roche sur Yon y el Hospital Saint Nazaire, del

1 de febrero al 31 de mayo de 2020. La muestra incluyó un total de 472 pacientes adultos (≥ 18 años de edad) que acudieron al servicio de urgencias de dichos hospitales. Todos tenían un ECG realizado cuando ingresaron emergencias y un diagnóstico confirmado de COVID-19 mediante PCR realizado en el mismo lugar. Estas son algunas de las principales características de la muestra de participantes:

  •  La edad media fue de 70 ± 16 años
  • 43% eran mujeres
  • 21% tenían enfermedad renal crónica
  • 13% tenían diabetes mellitus
  • 42% padecía hipertensión
  • 15% tenía insuficiencia cardíaca congestiva
  • 14% padecía enfermedades coronarias
  • 13% de los pacientes que acudieron a emergencias presentaban dolor torácico
  • 2% informó de palpitaciones
  • 32% recibió oxigeno

Asimismo, se midió la troponina de 171 pacientes (es decir, el 62% de la muestra), la media fue de 33 ± 59 ng/L. En 23 pacientes (8,4%) se detectó un nivel de troponina superior a 52 ng/L; 13 de ellos tenían historial de patologías cardíacas. 32% de los pacientes recibieron oxígeno. La tasa de mortalidad hospitalaria fue del 14% (n = 37).

Evidencias en los ECGs

Para este estudio, dos médicos de emergencias o un médico de emergencias y un cardiólogo interpretaron 275 ECGs. En 41 estudios (14,9%) la interpretación de los dos médicos era discordante. En general, estos fueron los hallazgos:

  • Las características electrocardiográficas basales incluyeron una frecuencia cardíaca media de 85 ± 16 lpm, con un intervalo PR medio de 160 ± 40 ms y un intervalo QRS medio de 98 ± 29 ms.
  • El 87% de los ECG estaban en ritmo sinusal normal.
  • El 10% de los pacientes presentaban fibrilación/flutter auricular en el ECG que se les realizó cuando ingresaron a la sala de emergencias.
  • El eje anormal fue de n = 16, 6%, con un 5% con desviación del eje izquierdo y un 1% una desviación del eje derecho.
  • Se encontró conducción intraventricular anormal en el 16% de los pacientes, con RBBB (bloqueo de rama derecha) en el 5% y LBBB (bloqueo de la rama izquierda) en el 4%.
  • Los hallazgos más comunes fueron las anomalías de repolarización (40%). Las ondas T negativas fueron el 21% de todas las anomalías.
  • Es importante hacer notar que la elevación del segmento ST fue rara (n = 6%).
  • Al comparar pacientes con anomalías de repolarización con pacientes sin ellas, los niveles de troponina no fueron significativamente diferentes (39 vs 31 ng/L, p = 0,45).

Los investigadores encontraron que el eje anormal (odds ratio ajustado: 3,9 [IC del 95%, 1,1–11,5],  p  = 0,02) y el LBBB (odds ratio ajustado: 7,1 [IC del 95%, 1,9–25,1],  p  = 0,002) estaban significativamente asociados con la mortalidad hospitalaria.

Conclusiones

Los investigadores a cargo del estudio concluyeron que realizar ECGs a los pacientes que llegan a la sala de emergencias con COVID-19  confirmado puede ser una herramienta útil para predecir la muerte en dichos pacientes. Los datos que obtuvieron sugieren que la presencia de eje anormal y bloqueo de la rama izquierda en el ECG indicó un mayor riesgo de mortalidad hospitalaria en los participantes. Por otra, también confirmaron que la elevación del segmento ST era rara en pacientes con coronavirus.

REFERENCIA https://bmcemergmed.biomedcentral.com/articles/10.1186/s12873-021-00539-8