Por América Torres
Alfred E. Schiller, nuestro fundador, ha hecho inventos trascendentales. Hace años los electrocardiógrafos no tenían teclado, pantalla ni batería. Tampoco podían adquirir 12 derivaciones simultáneamente. Hoy, todas esas funcionalidades son estándares en la industria.
Acompáñenos a conocer las innovaciones en el campo de los equipos cardiopulmonares, de emergencias y diagnóstico que nos hacen sentirnos tan orgullosos de ser una de las empresas manufactureras líderes en el mercado.
“Siempre he querido salvar vidas”
La visión de nuestro fundador, Alfred E. Schiller, es entregar a los profesionales de la salud y los investigadores los equipos cardiopulmonares más avanzados del mercado para ayudarlos a salvar vidas.
El señor Schiller es un inventor nacido en Suiza, en 1943. Su formación profesional como físico lo llevó a fundar SCHILLER AG en 1974. El invento que le abrió las puertas fue el exitoso Miniscope, que, por muchos años, fue el electrocardioscopio de emergencia más pequeño y ligero del mercado.
SCHILLER es innovación tecnológica constante
A lo largo de su prolífica carrera (que aún no se detiene) el ingenio científico de Alfred E. Schiller lo llevó a inventar mejoras invaluables para la medicina que hoy son estándares en la industria. Prueba de ello es que dos años después del Miniscope, SCHILLER lanzó el electrocardiógrafo más pequeño (de esa época) que fue el primero en incluir una microcomputadora que permitía le medición automática y la interpretación del ECG y que además, venía con impresora integrada.
El éxito de sus ECGs (línea CARDIOVIT) permitió que SCHILLER incrementara poco a poco su portafolio de equipos. Así, comenzó a producir otros, como monitores ambulatorios de presión arterial (MAPAs), espirómetros, monitores de signos vitales. Incluso, otra de sus innovaciones fue la estación diagnóstica DS-20 que incluye en un solo equipo las funciones de ECG, presión arterial, termometría, pulsioximetría y análisis de la onda de pulso (PWA, por sus siglas en inglés, que analiza la velocidad de la onda de pulso y la presión arterial en una sola medición).
Entre algunas de sus mayores innovaciones tecnológicas podemos mencionar:
- El primer desfibrilador de bolsillo, Fred Easyport. Este equipo pesa menos de medio kilo (490 gramos con batería incluida) y tiene una pantalla que permite visualizar el ECG.
- El software Heart Rate Variability (HRV) que utilizan algunos de nuestros electrocardiógrafos CARDIOVIT. Esta herramienta ayuda a determinar el riesgo de infarto que corre un paciente cardiópata
- Fuego de vida, un algoritmo presente en el software Darwin2 (para el holter medilog® AR) que analiza la variabilidad de frecuencia cardíaca en dominio de frecuencia y la codifica en una gráfica de colores. Nuestro software muestra en el Fuego de Vida tiempo y frecuencia de las regulaciones simpáticas y parasimpáticas. Eso permite realizar un análisis profundo y rápido de cómo está funcionando el sistema nervioso central del paciente, incluyendo calidad, cantidad y patrón de sueño, ciclo circadiano, etcétera.
Y no solo innovamos, nuestros equipos evolucionan a la par de los avances de la tecnología. Esa es la única manera de garantizar que los profesionales de la salud e investigadores cuenten con herramientas que les ayuden a diagnosticar de manera temprana y certera a los pacientes.
SCHILLER es líder mundial
Cuando Alfred E. Schiller fundó la empresa, sus oficinas estaban en un departamento de cuatro habitaciones. Poco después, la operación se movió a la ciudad de Zug, Suiza, un sitio que se caracteriza porque está estratégicamente situado y cuenta con una estupenda infraestructura. Eso favoreció que SCHILLER atrajera especialistas altamente calificados para diseñar, innovar y mejorar nuestros productos, que es lo que nos permite garantizar nuestros famosos estándares de calidad.
Hoy en día, SCHILLER AG cuenta con 30 subsidiarias alrededor de todo el mundo, más de 100 distribuidores y 1,100 empleados directos. Asimismo, la oficina central, así como las áreas de Investigación y desarrollo, manufactura y ventas se ubican en Baar, Suiza. Lo más soprendente es que Alfred E. Schiller sigue inventando con la misma pasión que hace más de cuatro décadas. ¿Cuántas empresas pueden decir que su fundador sigue activo?
Cuando usted adquiere nuestros equipos se está llevando un producto respaldado directamente por el hombre que lo creó. ¿Necesita más razones para elegir SCHILLER?