Por América Torres
La pletismografía sigue siendo una técnica esencial en la evaluación de la función pulmonar. Si bien la espirometría es el método más utilizado para evaluar la función pulmonar en la práctica clínica, en ocasiones es necesario medir el volumen del aire que los pulmones no pueden desplazar (volúmenes pulmonares estáticos).
DuBois llevó a cabo la primera prueba en la década de los años 50 y aunque ha habido muchos avances científicos desde entonces, hoy en día, la pletismografía corporal con cabina se considera el estándar de oro para la medición de volúmenes pulmonares.
Y es que la cabina es un elemento valiosísimo, puesto que facilita que la prueba se realice bajo condiciones ambientales controladas, lo que permite obtener datos confiables. Por ejemplo, mide de manera precisa varios volúmenes de gas, como el volumen gaseoso intratorácico (TGV), la capacidad residual funcional (FRC), el volumen residual (RV) y la capacidad pulmonar total (TLC). Esta técnica también mide la resistencia total de las vías respiratorias (RawTOT), la resistencia específica de las vías respiratorias (sRaw), la conductancia de las vías respiratorias (Gaw) y la conductancia específica de las vías respiratorias (sGaw).
Diferencias entre la espirometría y la pletismografía corporal
Antes de llegar a una conclusión hay que recordar la diferencia entre espirometría (un estudio que, como usted sabe, requiere calibración acorde con las condiciones atmosféricas del sitio donde se realice) y pletismografía (que requiere calibración acorde a la cabina, lo cual, a diferencia de la espirometría, permite controlar las condiciones ambientales por tratarse de un espacio cerrado).
Espirometría. Esta prueba es útil para valorar la función ventilatoria. La maniobra permite medir el volumen de aire que el paciente inhala o exhala en valor absoluto o en función del tiempo, lo cual se expresa en la curva volumen/tiempo. Gracias a la adición del ultrasonido, los equipos que cuentan con esta tecnología (como el espirómetro ultrasónico SpiroScout, que por cierto, no requiere calibración) también puede medir el flujo y establecer curvas con la relación flujo/volumen (FEV, FVC, SVC y MVV).
Pletismografía corporal. El hecho de poder realizar la prueba en una cabina permite estudiar de manera simultánea la Capacidad Funcional Residual (FRC) y medir de manera precisa y confiable la Resistencia de las Vías Aéreas (Raw). Esto último incluye sRawtot (Resistencia específica total), sRaweff (Resistencia específica efectiva), sRaw 0.5, (Resistencia específica a flujo +/- 0.5 L/s) y sRaw Resistencia específica de la vía aérea), entre otros.
¿De verdad la cabina pletismográfica importa?
Simplemente con definirlas es posible darse cuenta de que la función de cada prueba es distinta. Por eso, lejos de oponerse, la espirometría y la pletismografía se complementan. ¿Pero qué dicen los estudios científicos acerca de la pletismografía con cabina? Los investigadores aprovechan muy bien las bondades que les brinda esa caja mágica para detectar valores que la espirometría no arroja. Veamos algunas conclusiones interesantes.
En el estudio “Correlation of spirometry and body plethysmography during exercise-induced bronchial obstruction”, Johannes Schulze et al. concluyen que los cambios en el sReff (Specific ariway resistance o Resistencia específica) fueron más sensibles e indicaron mejor deterioro pulmonar, que los cambios en el VEF1, que subestimaron el grado de hiperinflación.
En el documento titulado “Clinical Roles of Lung Volumes Detected by Body Plethysmography and Helium Dilution in Asthmatic Patients: A Correlation and Diagnosis Analysis”, los investigadores mencionan que la pletismografía corporal es el método de evaluación óptimo para diagnosticar asma. En su estudio notaron que los volúmenes pulmonares evaluados por la pletismografía corporal, así como la diferencia entre la pletismografía corporal y la dilución de helio pueden diferenciar entre asma leve vs. grave, y asma moderada vs. asma grave, pero no leve vs. asma moderada.
Finalmente, en “Pletismografía corporal: recomendaciones y procedimiento”, un documento publicado por Selene Guerrero-Zúñiga et al. del Instituto Nacional de Enfermedades Respiratorias “Ismael Cosío Villegas” (en la Ciudad de México) no solo se detalla el procedimiento estándar que se sigue en el Laboratorio de Fisiología Respiratoria de dicha institución para realizar esta prueba. Sino que los autores también afirman que aunque actalmente existen varias técnicas para evaluar la función pulmonar, la pletismografía corporal es el estándar de oro para la medición de los volúmenes pulmonares.
Si las mediciones y resultados que arroja la espirometría bastaran, los especialistas en enfermedades respiratorias no indicarían a continuación un estudio en una cabina pletismográfica. ¿No lo cree?
Calcular no es medir
Es verdad que los volúmenes pulmonares se pueden calcular a partir de variables de flujo medidas con técnicas espirométricas, pero este cálculo es válido solamente en pacientes sanos y en condiciones ideales. Un paciente patológico tiene condiciones individuales distintas que no se toman en cuenta en estos cálculos, por lo que resultan inútiles en la toma de decisiones terapéuticas. Calcular no es medir. Recordemos que hay enfermos, no enfermedades, y que cada paciente es distinto. Por eso, hasta ahora, no hay nada que sustiya las múltiples ventajas de la pletismografía corporal con cabina.
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