El diagnóstico del asma es una necesidad urgente por dos razones primordiales. La primera es que se estima que afecta a 300 millones de personas alrededor del mundo. Y la segunda es que el tratamiento del asma genera elevados costos para las instituciones de salud y para los pacientes.1
Aunque las directrices actuales sobre el asma utilizan tanto criterios clínicos y como basados en las espirometrías para definir la gravedad del asma y poder controlarla, la realidad es que una considerable cantidad de niños y adultos están mal controlados, incluso a pesar de que reciben atención especializada para la enfermedad.2
En este artículo hacemos un breve recuento de los retos a los que los especialistas se enfrentan para llegar oportunamente al diagnóstico del asma y para comprobar si el tratamiento funciona. Asimismo, en este artículo encontrará evidencia científica de lo que la oscilometría puede aportar como prueba complementaria para la espirometría.
Por América Torres
El asma está subdiagnosticada
Los estudios demuestran que es frecuente que el asma se diagnostique de manera incorrecta, con una tasa estimada de subdiagnóstico que oscila entre 19-73% de los casos.3 La precisión es crucial para evitar que los pacientes reciban diagnósticos alternos y tratamientos que no necesitan, así como para prevenir exacerbaciones y remodelación a largo plazo de sus vías respiratorias.3-4
Desde el año 2000 se han venido realizando esfuerzos considerables para desarrollar y difundir pautas internacionales sobre el asma. Sin duda ese trabajo contribuyó a mejorar la gestión de ésta a nivel mundial, ya que permitió identificar y tratar a nuevos pacientes asmáticos. Sin embargo, también podría haber contribuido al aumento de casos de asma mal diagnosticados, lo cual conduce a tratamientos excesivos, o de plano inapropiados. Eso eleva el riesgo de que los pacientes sufran efectos secundarios sin haber recibido ningún beneficio terapéutico.1
Las Guías de Práctica Clínica (GPC) internacionales sugieren que el diagnóstico del asma debe basarse tanto en la presencia de síntomas, como en mediciones objetivas de la obstrucción variable del flujo de aire. Por lo tanto, existe una enorme posibilidad de que los médicos se inclinen por iniciar el tratamiento en pacientes que presentan síntomas de asma sin antes haber realizado pruebas diagnósticas adicionales. Estudios recientes indican que muchos de los diagnósticos de asma en la atención primaria se basan únicamente en la evaluación clínica y/o la respuesta al tratamiento.1
La espirometría es el gold standard para diagnosticar el asma5 en niños y adultos, pero hay otra prueba complementaria que puede ser de gran utilidad: la oscilometría. Antes de explicar las ventajas de practicar ambas pruebas, vamos a detenernos un momento en la razón por la que es ideal combinarlas.
La pieza que falta para diagnosticar el asma correctamente
Una de las causas de que el asma en niños y adultos sea mal diagnosticada es la subvaloración de las vías aéreas periféricas (VAP) (diámetro luminal ≤ 2 mm). Esos son los principales sitios de obstrucción e inflamación de las vías respiratorias en aquellos con asma persistente. Por lo tanto, administrarles terapias estándar, consistentes en corticosteroides inhalados de partículas grandes (CIPG), puede resultar insuficiente para llegar a estos sitios.2
Las VAP se han desestimado, principalmente debido a su inaccesibilidad para alcanzarlas con las pruebas tradicionales. Sin embargo, existe una nuevas técnica no invasiva para evaluarlas de manera precisa: la oscilometría (OS).2
La oscilometría es una tecnología que mide la mecánica pulmonar durante la respiración normal. Mide la impedancia de las vías respiratorias (o sea, la resistencia de las vías aéreas para detectar obstrucción en las vías centrales y las VAP) y la reactancia (que mide la elasticidad de las VAP). De hecho, recientemente se ha demostrado que es un método complementario útil para detectar y monitorizar tanto el asma como otras enfermedades de las vías respiratorias.2
Como la oscilometría sólo requiere que el paciente respire normalmente sobre la boquilla del oscilómetro, es una prueba ideal para adultos mayores, niños pequeños, pacientes con discapacidad mental o con problemas para comprender y seguir instrucciones.
La solución para obtener un diagnóstico del asma preciso y certero
Como acabamos de ver, las vías aéreas pequeñas tienen un rol central en el asma. Eso significa que la oscilomentría podría ser la clave para complementar la espirometría, por lo tanto, el uso conjunto de estas pruebas como parte del trabajo diagnóstico rutinario y la gestión de pacientes con asma sería de gran utilidad. Esto podría beneficiar en gran medida a los pacientes de dos maneras:
Selección del tratamiento. No todas las terapias inhaladas alcanzan las vías aéreas pequeñas de manera efectiva, lo que posiblemente contribuye a la falta de eficacia del tratamiento, especialmente en pacientes con enfermedad en dichas vías. La tecnología de las oscilometría podría ayudar a identificar a los pacientes con asma que se beneficiarían de aerosoles de partículas pequeñas, que penetran más profundamente en las vías aéreas periféricas. 5,7
Monitoreo. La OS es una herramienta útil para evaluar la respuesta terapéutica y prever las exacerbaciones.5,8 Asimismo, las mediciones de OS se correlacionan de manera significativa con el control del asma, incluyendo los resultados informados por el paciente, como las puntuaciones del ACQ (Asthma Control Questionnaire). Además, esta prueba puede detectar el deterioro en las vías aéreas periféricas, incluso en pacientes a los que se considera que están bien controlados.2,7
SCHILLER ha desarrollado tremoflo®, un sistema de Oscilometría de Vías Aéreas que evalúa la función pulmonar mediante la superposición de una onda multifrecuencia sobre la respiración espontánea del paciente para calcular la resistencia y la reactancia de las vías respiratorias.
Oscilometría + espirometría
El asma es una enfermedad respiratoria común y crónica que afecta a niños y adultos por igual. Se caracteriza por síntomas respiratorios variables y limitación del flujo de aire espiratorio que es reversible ,ya sea de forma espontánea o en respuesta a la terapia. A pesar de la disponibilidad de terapias efectivas, el diagnóstico y la gestión continua de la enfermedad siguen siendo un desafío.
La línea de función pulmonar de SCHILLER-Ganshorn incluye el oscilómetro de vías aéreas, tremoflo®, y el espirómetro ultrasónico, SpiroScout. Cuando los médicos utilizar estas dos pruebas complementarias, obtienen más información sobre la salud pulmonar del paciente. Esto es invaluable porque les permite diagnosticar el asma de manera precisa y que los pacientes tengan tratamientos adecuados que mejoren su calidad de vida.
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REFERENCIAS
[1] Contoli, M., & Papi, A. (2010). When asthma diagnosis becomes a challenge. European Respiratory Journal, 2010; 36: 231–233 DOI: 10.1183/09031936.00053010
[2] Stanley P. Galant, MD., Tricia Morphew, MSc. Adding oscillometry to spirometry in guidelines better identifies uncontrolled asthma, future exacerbations, and potential targeted therapy. Annals of Allergy, Asthma & Inmunology. Volume 132, ISSUE 1, P21-29, January 2024. Published August 23, 2023. DOI:https://doi.org/10.1016/j.anai.2023.08.011
[3] Kavanagh J et al. Breathe (Sheff). 2019;15(1):e20-e27.
[4] Global Initiative for Asthma. Global strategy for asthma management and prevention, 2023. Updated July 2023. Available from www.ginasthma.org
[5] Desiraju K, Agrawal A. Lung India. 2016;33(4):410-6
[6] Lundblad LKA et al. Can J Respir Crit Care Sleep Med. 2021;5:54-68.
[7] Cottini M et al. Clin Mol Allergy. 2021;19(1):7.
[8] Galant SP et al. Ann Allergy Asthma Immunol. 2017;118(6): 664-71.